NEUE EINHEIT Extrablatt Nr. 32

Ya publicado en Internet en inglés (a finales de junio 1997) y poco despues publicado en alemán.
 
 
 
 

Klaus Sender
 

José Carlos Mariátegui y algunas cuestiones culturales de la revolución Peruana
 
 
 

I.

Entre los revolucionarios latinoamericanos, José Carlos Mariátegui se ha hecho internacionalmente muy conocido en los últimos años. Evidentemente él juega un gran papel en la revolución latinoamericana. Junto a numerosos documentos marxistas que tratan de la práctica y el programa, escribió también mucho a cerca de la literatura y la cultura peruana. Recién en las últimas décadas, se ha tomado mayor conciencia de sus publicaciones fuera de América Latina. Hasta ahora se han publicado en alemán las traducciones de sus "Siete ensayos de interpretación de la realidad Peruana" como también una docena de otros artículos. Mariátegui surgió de la revolución peruana en el primer tercio de éste siglo. Numerosos partidos políticos e incluso gobiernos en Latinoamérica se refieren a él. El PCP (Sendero Luminoso de José C. Mariátegui) ya designa su nombre a él y lo reivindica en forma muy decidida.

Para dedicarse a él, hay que ver, cuál es el papel que juega la revolución peruana en las relaciones internacionales y aparte de eso, de cuál es el papel que en resumidas cuentas juega América Latina en el desarrollo internacional. 

Perú es el país en Latinoamérica que se caracteriza por ser el que se remonta más fuerte e intensivamente a su propia vieja historia americana, la historia incaica, antes de la conquista española. Por este motivo, tiene su propio ímpetu nacional de profunda atadura a la antigua cultura indiana de milenios, que se une con el nuevo desarrollo del vicereinato español y la república peruana moderna (desde 1821). Una particularidad de largos años de la revolución peruana, radica también en recurrir a esta vieja conciencia popular, que por sobre todo se personifica en la población incaica. Tanto en la literatura del país, como también en la de otros países andinos, es un rasgo característico el volver a tomar las tradiciones indígenas, desde hace aproximadamente cien años. 

La importancia de José Carlos Mariátegui radica en que él unió al marxismo, que a principios de este siglo indiscutiblemente jugó un papel tan importante y agilizador en el mundo entero, con estas tradiciones, y en que él trató de iluminar estas mismas tradiciones con una luz materialista. Por eso es visto por los latinoamericanos como un representante marxista significativo y original, que intentó en forma creativa, poner al día la propia historia y la historia del continente latinoamericano. 

El estado del Perú en la actualidad es todavía el núcleo del antiguo estado se extendió desde el Ecuador hasta en el sur de Chile y según algunas suposiciones quizás hasta en la zona de La Plata de América del Sur. Y aquí surgió la comunidad estatal indiana de más alto grado de desarrollo que haya existido, con un estado de aproximadamente 20 millones de habitantes, un alto grado de organización, una construcción de calles y centralización altamente desarrollada, a pesar de que esta civilización se encontraba todavía al nivel de la Edad de Bronce. Estuvo acompañada con una serie de fenómenos que se encuentran a menudo en este grado de desarrollo. A esta pertenecieron las víctimas humanas, cultos sagrados y otros parecidos y el correspondiente despotismo. Existía ya desde hace mucho antes del dominio de los Incas una cultura comunitaria rural en Los Andes, los Incas fueron posiblemente un "Ayllu" (esta era la comunidad rural de aquel entonces en Los Andes), que se decidió a dominar por sobre las demás agrupaciones similares a estados. El imperio Inca se apoderó entonces de otras numerosas reinados vecinos. 

Esta sociedad no conocía la rueda ni la escritura, según se conoce, y tampoco el caballo ni diferentes otros adelantos técnicos que se desarrollaron en el hemisferio europeo, africano y asiático, en reemplazo de esto, tenían sin embargo, un alto grado de organización, por ejemplo en la construcción de calles, y desarrollaron una ética propia al respecto relativamente alto nivel, en la medida que era posible en relación con la Edad de Bronce. Al igual que otras culturas indianas la sociedad incaica con sus comunidades rurales campesinas está impregnada de un profundo arraigo con el suelo y el desarrollo de la agricultura y las instalaciones agrícolas (construcción de terrazas). Entre otros, éste es uno de los valores de las obras de Mariátegui, que intenta comprender las tradiciones comunistas de esta sociedad, que a pesar del despotismo desarrollado todavía existían. 

En el Perú, por naturaleza se desarrolló con mayor intensidad la conciencia sobre estas antiguas tradiciones. Y por este motivo algunos ven al Perú también como algo similar a un lugar de renacimiento nacional para el continente sudamericano, en todo caso desde un punto de vista específico. Las palabras "punto de vista específico" son en este contexto muy importantes, porque naturalmente existen desde hace tiempo estructuras modernas, una sociedad moderna en América Latina, una sociedad capitalista, que inevitablemente con el transcurso del tiempo más se impone. 

Pero sabemos, que en todas las sociedades las viejas estructuras y también las antiguas formas de pensar se implantan y que ellas también forman un componente indispensable de la cultura de un país. Cada sociedad entrega también algo a través de suprocedencia a la sociedad moderna. Considerando esto tenemos que valorar esta ideología y esta mentalidad. Por esto toma importancia también el enfoque teórico de aclarar este propio desarrollo en forma marxista, como lo intentó hacer Mariátegui.

Naturalmente se deben dilucidar también algunos factores modernos. Por ejemplo tenemos que preguntar, ¿qué significado puede tener esta agricultura andina para la moderna economía peruana?. Existen teorías que afirman que lo que allí se elabora corresponde sólo a una mínima parte del producto bruto del país. Hoy en día viven en el Perú, sólo en Lima, seis millones de los veinticinco millones de habitantes del país - una concentración de población en las grandes ciudades que conlleva a nueva pobreza y con una situación de cambio radical, como existen hoy en día en muchas partes del tercer mundo, que naturalmente dan lugar a preguntas completamente nuevas. 

Cerca de mediados del siglo 19 dijo una vez Marx a cerca de Alemania, que la causa de la revolución dependía de la nueva edición de la gran guerra campesina 1522-25 en Alemania, que se tenía que relacionar con la revolución proletaria. Mariátegui trató de la misma manera, de integrar la vieja historia y la primera Sudamérica republicana colonial, en el nuevo desarrollo revolucionario. Y de este modo trató de despertar la conciencia general de la sociedad, una interrelación de toda la sociedad. Pero en esto no se quedo sin cometer errores esenciales. Para decirlo más claro: nosotros pensamos que es indispensable una crítica categórica a los aspectos falsos y además realmente peligrosos de la opinión de Mariátegui. 
 

Mariátegui fue defendido por el presidente del PCP Gonzalo principalmente también como un partidario de la violencia revolucionaria. El se refirió particularmente en contra de cualquier "reformismo mediocre", como el mismo lo dijo, es el que celebra de manera hipócrita el sistema parlamentario, en el cuál en la actualidad se oculta y practica la dictadura de las clases explotadas, e incluso la dictadura de la burguesía compradora más reaccionaria, en el que actualmente existe el terror frente a las masas, acompañado hacia afuera de frases hipócritas sobre humanismo y derechos humanos. En realidad, este elemento lo encontramos también presente en Mariátegui. Por cierto nos volveremos a referir más adelante a esto. Realmente queda como fundamental la primera pregunta: ¿cuál es la substancia social, a qué clase le sirve la violencia, cuál es su carácter social?. A esto tenemos que referirnos aquí. 
 
 

Entre nuestros puntos críticos, queremos tratar esencialmente los siguientes: 

Primeramente la relación con la antigua sociedad americana, incaica, que está impregnada considerablemente con un enfoque unilateral y sin crítica, una posición que aparentemente se conoce también en otra literatura indígena. 
Cuando él se refiere a la sociedad incaica, entonces debemos considerar, de qué manera lo hizo en forma correcta. Cuando sacamos algo de las relaciones del comunismo originario, hay que tener en consideración también los aspectos más negativos que tenían estas viejas sociedades americanas. 

Entonces hay en Mariátegui obviamente otro punto claro, es lo concerniente a la relación con la religión y principalmente con la religión católica, donde habría que analizar algunas cosas.

Mariátegui se refiere a menudo en sus análisis incluso a personas como George Sorel, al cuál Lenin con razón lo describía como fideista y completamente caótico y embrollador. Pero Mariátegui intenta incorporar en su sistema justamente a esto idealista y asimilar elementos de el. De igual modo no es clara su posición frente a la religión y a los Jesuitas en América del Sur. Gonzalo se equivoca, cuando describe a Mariátegui como un "Marxista-Leninista cabal", ya que en él hay elementos que sonincompatibles con el marxismo. En Mariátegui hay elementos del idealismo. 
 

Finalmente continuaremos resumiendo :

Con Mariátegui ocurre un fenómeno de teoría del conocimiento, que aparentemente se ha dispersado por todo el continente americano, que se acerca al pragmatismo, tiene sus dificultades con el materialismo y el conocimiento materialista. El pragmatismo, de construir una realidad para si mismo, es la diferencia principal como reconocimiento de una realidad material existente, a la cuál nos acercamos a través del proceso de conocimiento. Es necesario principalmente advertir de esta debilidad. El pragmatismo en algo fundamentalmente diferente al materialismo, a pesar de que ambos se refieren también a la práctica y la experiencia. Aquí juega un papel el planteamiento de principio en la completa manera de pensar. 
 
 

II. Sobre la sociedad incaica

Procedamos a ir ahora a los puntos concretos. En su escrito más conocido, "Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana" Mariátegui escribe lo siguiente al principio de la parte sobre la política económica: 

"Hasta la Conquista se desenvolvió en el Perú una economía que brotaba espontánea y libremente del suelo y la gente peruanos. En el Imperio de los Inkas, agrupación de comunas agrícolas y sedentarias, lo más interesante era la economía. Todos los testimonios históricos coinciden en la aserción de que el pueblo inkaico - laborioso, disciplinado, panteísta y sencillo - vivía con bienestar material. Las subsistencias abundaban; la población crecía. El Imperio ignoró radicalmente el problema de Malthus. La organización colectivista, regida por los Inkas, había enervado en los indios el impulso individual; pero había desarrollado extraordinariamente en ellos, en provecho de este régimen económico, el hábito de una humilde y religiosa obediencia a su deber social. Los Inkas sacaban toda la utilidad social posible de esta virtud de su pueblo, valorizaban el vasto territorio del Imperio construyendo caminos, canales, etc., lo extendían sometiendo a su autoridad tribus vecinas. El trabajo colectivo, el esfuerzo común, se empleaban fructuosamente en fines sociales."

(Página 9, "Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana", Biblioteca Amauta, Lima-Peru 1959, sacado del capítulo: Esquema de la Evolucion Económica.) 

Esta cita, cuyo sentido aparece repetida en diferentes formas en la obra de Mariátegui, toca un punto central de las visiones históricas y culturales de Mariátegui, la presentación de la sociedad incaica como una sociedad armónica desde la masa del pueblo hasta la aristocracia inca. 

En las regiones andinas, en las cuales más tarde se levantó el imperio Inca existieron las comunidades rurales, los Ayllus, con sus construcciones de canales, sus terrazas, y su avanzada agricultura, mucho antes que los Incas levantaran su dominio. Estas comunidades rurales tenían ya una vieja historia de muchos siglos. La cultura de estos hombres andinos se caracterizó por un profundo apego al suelo y demostró tener excelentes resultados para la agricultura. Esta cultura se desarrolló muy significativamente en las altiplanicies andinas y no en los oasis costeros o en la pluviselva tropical. Los hombres se enfrentaron a duras condiciones naturales, y su cultura finalmente fue superior a la de los habitantes de las desembocaduras de los ríos. (Las condiciones climáticas marinas de la costa del oeste de Sudamérica ocasionan franjas desérticas que son interrumpidas por oasis en las desembocaduras). Estas comunidades rurales, que tenían una organización parcelaria, parecida a la vieja Marca (Mark) alemana y la Obschtschina eslava, y como Engels lo mencionó, sorprendentemente lleva el nombre "Marca", se produjeron ya antes de los Incas las primeras formas de organización estatal. También supone la investigación histórica que ya entonces se desarrolló cierto comercio y posiblemente las formas primitivas del dinero.

Los Incas fueron una tribu muy posiblemente originaria de la actual zona del Lago Titicaca, que trajeron a numerosas comunidades rurales dispersas, los Ayllus, y los Centros bajo su soberanía militar. Primero conquistaron la región a los alrededores del Cuzco, en la cuál ellos vencieron a las fuerzas locales con astucia y violencia. Desde allí pudieron siempre apoderarse de territorios más grandes. Después de aproximadamente 300 años, este estado alcanzó las dimensiones de un verdadero gran imperio, que se extendía desde el actual Ecuador hasta muy al sur de la región de los Andes e incluso como suponen algunos historiadores hasta el territorio de La Plata. Esta comunidad tenía la denominación "Tawantinsuyo". La concepción de estado, al mismo tiempo la gran capacidad histórica de este imperio, consistía en la centralización supraregional de las fuerzas de cada una de las comunidades indianas, entre ellas enemistadas, en las cuales, por lo menos en parte, lograron la unificación de la lengua, la integración de los territorios restantes, que fueron llevados al nivel de los territorios más avanzados en aquellos tiempos. Sin embargo esto no habría sido posible sin la formación de una sociedad de clases. Con la formación de su dominio se obligó a los Ayllus a cultivar hasta el 2/3 de su suelo para los intereses de los Incas (aprox. 1/3) y la teocracia (otro tercio). Se logró un sistema tributario, que tenía que ser aceptado sin objeciones. La riqueza se concentró en los Incas y en los subordinados favoritos, la capa de la burocracia militar y la teocracia (todos miembros de la tribu Inca)
La realidad social de este estado no fue en ningún caso solamente idilio y armonía.

El Inca concentró una riqueza inconcebible, la cuál llegó hasta instalaciones de jardines completos, en donde todo fue reproducido en oro. Ellos tenían costosos ropajes y víveres en abundancia. Por el contrario, la vida de un simple campesino de la comunidad rural, quién pagaba su tributo, lo que menos tenía era riqueza. El trabajaba duramente prácticamente toda su vida, siempre en el estrechez del Ayllus, y lo que tenía que ver con su bienestar era en la realidad muy modesto. Lo que en la actualidad se puede cerrar en la cuenta es la seguridad social en la que el vivía, pero ella era entregada por la comunidad indiana en la que habitaba, y no en primera línea por el sistema Inca , que el mismo existía sobre la base de estas comunidades.

Existía el sistema "Mita", que era la obligación forzada de los habitantes de Ayllu a realizar grandes trabajos en las minas, en la construcción de calles y fuertes. Incidentalmente pudieron acoplarse a este sistema inmediatamente los españoles después de su conquista cerca de 1530, ellos mismos se instalaron en el lugar de los Incas. Entre los Incas existía el status "Yanaconas", que cuando menos se parecía al status de esclavos de los viejos imperios de las regiones del mediterráneo. Muchos fenómenos del Imperio Inca se encuentran en otros antiguos imperios, la aparición de la esclavitud y sistemas tributarios no son poco comunes en esta etapa histórica, por consecuencia no son condenables, cuando al mismo tiempo este sistema muestra una infinidad de peculiaridades. Pero describir esto como un idilio comunista, marca un deslumbramiento romántico - dicho muy suavemente - que no se puede aceptar sin objeciones. Obviamente que una posición de este tipo a cerca la propia historia tiene que influenciar también en la política actual, como la importancia política que tienen todos los factores culturales.

El país conoció también rebeliones, que fueron aplacadas con sangre por los Incas. No se debe olvidar que también el sistema de los Incas fue un sistema de sacrificio humano bárbaro, que no sólo puede ser disminuido por fervor religioso, sino que fue también en ese tiempo un medio de represión. Otro punto que resalta fue la reclutación obligatoria de mujeres jóvenes de los Ayllus y de los pueblos conquistados para cumplir diferentes funciones del sistema Inca. Estas acciones llevaron a una particular aversión contra el sistema Inca. Estas muchachas eran reclutadas tanto como "mujeres santas" del sol (símbolo del Dios máximo), al igual como trabajadoras y también numerosas de ellas como concubinas para las castas superiores. 

En lo concerniente a los sacrificios humanos, según varias descripciones se llevaban a cabo ciertos "festejos" alcanzando la magnitud de algunos cientos de niños, no está claro hasta dónde el sistema Inca introdujo especialmente estos métodos. Algunos de los estados precedentes a los Incas realizaban sacrificios humanos a gran escala, por ejemplo los Chimu (un reino en la costa), y algunos factores indican que los Incas eran más moderados en comparación con otros. Lo que es seguro es que el número de víctimas era limitado en comparación con las culturas Aztecas y Maya en América Central. Es notable, que por ejemplo también en China se liberó una larga lucha durante los últimos milenios antes del año 0, para terminar con los sacrificios humanos, que anteriormente se realizaban a gran escala, cientos de así llamados aditamento humano de sepultura. 

No es de ninguna manera seguro, que los Ayllus de las alturas del centro del país alguna vez conocieran estos sacrificios humanos, especialmente en esta magnitud. Lo que es importante es que un imperio de esos tiempos no debemos idealizarlo o minimizarlo. Esto sería un error muy peligroso y una osadía disparatada. 

Este sacrificio humano significa con el aumento del desarrollo una tremenda humillación para los humanos. Se ha transmitido que el entregar a una hija para el sacrificio proveía el privilegio para una carrera de empleado público. Era un método de terror, con el cuál se mantuvo en pie este dominio. Agregado aún a la violencia que fue practicada para la represión de las personas rebeldes. 

Viendo todos estos hechos es desconcertante denominar el estado primario de los Incas como comunista, como lo hace Mariátegui. Con algun derecho se puede denominar de comunista agrario a la comunidad rural, pero esta es sólo la unidad productiva , ella no es idéntica con el sistema Inca. Todo esto recuerda un poco a Alexander Herzen, quién minimizó por años al zarismo y cuidó el cuadro de las comunidades rurales rusas y las denominó como un ya existente "comunismo". Pero Alexander Herzen es todavía un crítico mucho más duro frente a las condiciones en Rusia que Mariátegui frente a los antiguos peruanos. 

Finalmente muestran las sangrientas masacres de los Incas sin misericordia entre ellos mismos, que aquí no se trata de una sociedad comunista "armónica", sino de una de esclavitud y feudalismo que se encuentra en desarrollo y proviene del barbarismo. Se leyó alguna vez de lo que hicieron los seguidores de Atahualpa (último Inca, dominador del Norte) durante la guerra civil incaica, con los seguidores y también sólo con la escolta ajena del Huáscar. Sobre esto escribió el mismo conocido biógrafo de los Incas Garcilaso de la Vega, quién personalmente fue descendiente de la casa de los Incas.
 
 

III. Sobre el catolicismo y los Jesuitas


Mariátegui hace una evidente y fuerte vuelta atrás en relación a la religión, no sólo la religión de los Tawantisuyu sino también del catolicismo y sus especiales formaciones como el Jesuitismo.

El papel de América Latina para la más grande comunidad religiosa, que existe desde hace dos mil años, está caracterizado por ser un pilar de apoyo especial, que incluso formó el suelo para una nueva vida de esta iglesia en los siglos pasados. Cuando esta religión se estableció en el continente latinoamericano, se veía al mismo tiempo expuesta a severos ataques por la reforma en Europa. Fuertemente atacada en su antiguo territorio, encontró aquí un área con las nuevas conquistas, en el cuál se expandió nuevamente, dónde adquirió nuevas fuerzas y se renovó hasta cierto grado. 

Esta religión, que reemplaza los viejos sacrificios por el sacrificio del Único, que por lo menos de vez en cuando predica la clemencia universal, con liturgias espléndidas, fue muy bien concebida al imponerse en el suelo del barbarismo como desde hace mil años antes en el mismo continente europeo. No por casualidad y con razón, el Papa recalca hoy en día, que Latinoamérica es la parte de mundo católico más importante, un pilar fundamental de la existencia de la iglesia. Se superpuso por un lado a las viejas religiones indianas, como por ejemplo la incaica. Aquí pudo nuevamente jugar un papel dinámico, que ya hace mucho tiempo había perdido en el viejo continente. 

En algunos casos algunos Sacerdotes y Monjes católicos defendieron a los indios contra una verdadera política de exterminación y explotación de las fuerzas coloniales ibéricas, impusieron una moderación en la política. Siempre se vuelve a mencionar el ejemplo del sacerdote dominicano Padre de las Casas. Pero ésta fue una excepción. Se puede decir que el catolicismo defendió con gran decisión el dominio de las fuerzas coloniales, pero no sólo aquellas sino también todas las formas sociales atrasadas. Justamente y muy en particular los Jesuitas que no hacen ninguna excepción. 

Una crítica al catolicismo es por esto indispensable para cada revolucionario en América. El profundo arraigo de esta religión entre los hombres pone justamente en claro también las relaciones con las religiones anteriores, de cuyos elementos de creencia, abierta o indirectamente, han sido introducidos en el catolicismo oficial latinoamericano, de tal manera que no se pueda dar una desviación en un enfrentamiento profundo con la religión. 

Es particularmente cuestionable cuando Mariátegui hace resaltar a los Jesuitas como ejemplares, productivos colonizadores del continente latinoamericano. Esta característica no se encuentra solamente en él, hay muchos illustrados escritores y también revolucionarios en Latinoamérica que lo hacen. A pesar de que éste es un tema para un estudio extenso, no podemos omitir el mencionar aquí algunos "Highlights". 

La Orden Jesuita fue fundada, cuando el catolicismo en Europa se encontraba en aprietos, no solamente por la creencia "reformada" sino también por el aumento de los conocimientos humanos, por el desarrollo de las ciencias naturales y de la geografía. Sólo las grandes travesías marítimas y descubrimientos contradecían la concepción del mundo que ya antes se favorecía y sin embargo también se imponía con violencia. Los Jesuitas se tuvieron que poner ellos mismos a la altura del desarrollo de estos nuevos conocimientos y al mismo tiempo combatirlos con todos los medios. Los Jesuitas salieron inmediatamente a recorrer el mundo, a diferencia de sus competidores luteranos, comenzaron discusiones con todas las escuelas científicas y buscaron la confrontación. Pero al mismo tiempo los continentes que ellos pisaban por primera vez, las rutas marinas que los llevaban alrededor del mundo, no existían de acuerdo con su doctrina.

Los Jesuitas fueron desde el principio "universales" o sea organizados internacionalistas, reclutaban sus activistas en todos los países europeos y estuvieron conectados a la casa Habsburg que disponía también sobre España y parte de Italia. De allí tenían la posibilidad de dispersarse por los nuevos territorios descubiertos. Este fue su lado fuerte, pero sobre una base de testarudez frente a la realidad. A diferencia de los protestantes, los Jesuitas estuvieron dispuestos desde el principio para el trabajo en todo el mundo nuevo colonial surgiente, sobre todo de España y de Portugal, y además en puntos en donde antes todavía ningún poder cristiano había pisado. Ellos enviaron colonizadores a América Latina, a la India e incluso a China y al Lejano Oriente y aprendieron allí a conocer nuevas culturas. Con esta nueva "universalidad" confrontaron a los reformadores de la Europa Central, en su mayoría limitados y arraigados a su suelo. 
Su tarea principal fue el combate de la ciencia, de la forma de pensar materialista, la defensa del oscurantismo católico
Su defensa tuvo que llegar hasta tal punto que ellos mismos tuvieron que presumir de defensores de la ciencia, sino hubiesen tenido que llevar a cabo una débil propaganda, así pudieron por lo menos lograr un efecto de aplazamiento. Ellos recibieron la autorización de la Iglesia Católica, a diferencia de otras órdenes, de llegar a tomar contactos con todas las fuerzas, inclusive con el enemigo y allí disputar para de esta manera espionarlo y lograr una mayor adaptabilidad. Como principio fundamental podemos enfatizar que Ignacio de Loyola se entregó por sus discípulos. Se lee el principio básico que habla por si mismo de las "Reglas sobre las convicciones fundamentales eclesiásticas" de los Jesuitas, que corresponde a este papel:

(Punto 13:)

"Para ir seguros en todo, siempre tenemos que dejar constancia de: lo que a mis ojos les parece blanco, para mí es negro, cuando la Iglesia jerarquica así lo decide, convencido, que entre Cristo Nuestro Señor el novio, y la Iglesia su novia, reina el mismo espíritu, que nos acompaña a sanar nuestras almas y nos desvía, ya que a través del mismo espíritu y Nuestro Señor, que nos entregó los diez mandamientos, se desviará y será guiada también nuestra Santa Madre la Iglesia." 

(citado aquí según "2000 años de Cristianismo", Página 466, "Ejercicios espirituales", "La Edad de la Reformación". Traducido de la reproducción alemanha)


Este principio básico ya a menudo presentado por los Jesuitas, muestra su concepción en forma extrema, su spagat, y lo que es más, la mentira a si mismos y la mentira a los demás oficialmente prescrita e institucionalizada.

Este mandamiento un verdadero espíritu de obediencia ciega es el eslabón fundamental de la mentalidad de los Jesuitas y desenmascara sus aspiraciones científicas a veces así expresadas. 

Esta misma ideología prevalece en sus maneras de proceder en la política. Los Jesuitas lograron aparentemente también en contraste con la política de explotación y exterminación, como la llevaron a cabo los conquistadores españoles y los señores feudales, una política en que aparentemente se ligaban a los esfuerzos elementales de los aborígenes indianos, con carácter de comunidades originarias y comunidades rurales. Ellos lograron formar las "Reducciones Indígenas", pequeñas estructuras similares a estados, en las cuales determinadas tribus indígenas que a ellos les obedecían, las organizaban de acuerdo a su nivel y a los cuales los Jesuitas los influenciaban pedagógicamente. De esta manera ellos los concentraban bajo su control y les entregaban conocimientos manuales elementales, pero al mismo tiempo mantenían un nivel muy primitivo. Ellos iban en contraste con el procedimiento de la esclavitud y la violencia de otros colonialistas, pero al mismo tiempo impedían el desarrollo ulterior. En opinión de algunos de los teóricos cercanos a los Jesuitas fue incluso así que ellos tomaron como ejemplo la sociedad incaica para la estructura de sus "reducciones" teocráticas en Paraguay, las que Mariátegui menciona tan positivamente.

Este "buen régimen" se restringió además a determinadas tribus indianas, que cooperaban con ellos en esta forma. La posición frente a otras tribus que a ellos no les obedecían, no es muy diferente a la de los colonizadores con los indígenas. 

Tampoco los Jesuitas estuvieron por principio en contra de la mantención de la esclavitud. Ellos protegían a los indígenas de sus reducciones y los armaron en el primer tiempo en contra de los "Paulistanos", estos eran cazadores de esclavos portugueses y mestizos. La prohibición de la esclavitud, que el estado Español había dispuesto a instigación de la Iglesia Católica, fue válida solamente para los indios. Contra la esclavización de los negros de África y su utilización como fuerza de trabajo en América no se opusieron la Iglesia Católica y los Jesuitas. Esta esclavitud fue absolutamente aceptada.

Ellos, los Jesuitas, representaban un concepto muy especial con "sus" indios. Satisfacer algo e impedir un desarrollo ulterior fue el concepto para esas reducciones, que por otro lado también impedían cierto abandono y embrutecimiento y por esto tenían cierto aspecto positivo, comparado con los más brutales feudales y la explotación de tipo esclavizante que tenían.

Los Jesuitas no reclutaron nunca nuevos sacerdotes de la población indiana que estaba bajo su control. Fue negado el desarrollo intelectual ulterior. Fue negada la transmisión de conocimientos de idiomas, los indios no debían hablar ni español ni portugués, para que no se pudiera establecer ninguna conexión con otros españoles o portugueses. Y ellos aprovecharon esta reducciones para apropiarse de riquezas y desde las bases de las reducciones equipar a la Orden Jesuita materialmente en todo el mundo. Porque con el correr del tiempo se obtuvieron considerables riquezas en las diferentes reducciones. 

De facto fue la colonización paraguaya que también tenía su equivalencia en el Perú, un tipo de punto de apoyo, con la que equiparon con cierta base su actividad descrita arriba finalmente contrarevoluccionaria, antireformatoria. Pero esto no se puede olvidar en la evaluación de las actividades de los Jesuitas en Latinoamérica y sobre esto no se puede leer nada en Mariátegui, quién por otro lado demuestra tener un alto nivel intelectual. 

Qué leemos entonces en Mariategui:
 

"Tal vez las únicas falanges de verdaderos colonizadores que nos envió España fueron las misiones de jesuitas y dominicos. Ambas congregaciones, especialmente la de jesuitas, crearon en el Perú varios interesantes núcleos de producción. Los jesuitas asociaron en su empresa los factores religioso, político y económico, no en la misma medida que en el Paraguay, donde realizaron su más famoso y extenso experimento, pero sí de acuerdo con los mismos principios."     ("Siete ensayos...", página 51)

o:

"Los jesuitas aprovecharon precisamente el comunismo indígena en el Perú, en México y en mayor escala aún en el Paraguay, para sus fines de catequización. El régimen medioeval, teórica y prácticamente, conciliaba la propiedad feudal con la propiedad comunitaria." (Página 53)


Pero lo que ellos crearon en realidad fue un sistema teocrático con el fundamento de las culturas elementales de la tribu y del pueblo lo que es todavía una notable diferencia con el feudalismo de la edad media europea, que contenía numerosas contradicciones propulsoras (comercio, ciudades, competencia de dinastías, derechos establecidos por escrito), y no sólo teocracia. 

Estas son claramente afirmaciones muy atendibles a cerca del papel de la Iglesia Católica y de los Jesuitas. Mariátegui se refiere a ello en forma extensa en el capítulo El factor religioso

La misma posición a cerca del idealismo se pone en claro inmediatamente en otro punto: en la posición a cerca de George Sorel, el cuál en la obra principal de Mariátegui aparece citado numerosas veces, como reconocido ideólogo y economista junto a Marx. 

A cerca de Sorel se escribió ya mucho en el temprano movimiento de los trabajadores entre 1900 y 1922, el perteneció a los cabecillas sindicalistas anárquicos de Francia. Pero eso no es todo. Lenin mencionó a este ideólogo y periodista político como embrollador, en su conocido trabajo "Materialismo y empirocriticismo". Pero esta denominación todavía no es suficiente para describir en toda su medida los abismos reaccionarios de este hombre. Sorel hizo una crítica al reformismo que se levantaba en aquella época. ¡Pero bajo qué significado clave hizo esto!. Él criticó el reformismo en donde él glorificaba preferentemente a la vieja sociedad que dominaba antes de 1789, donde trató de aprovechar la rivalidad de las fuerzas de la monarquía, el mito y otras parecidas contra la sociedad moderna. También él se acercó al catolicismo, o mejor dicho en principio no se separó de él. En trabajos como "La descomposición del marxismo" ataca radicalmente la substancia de la enseñanza política de Marx. Sorel se liga a la filosofía de Henri Bergson. 

La crítica al reformismo de los socialistas en la participación en parlamentos, en la amalgamación oportunista con la burguesía fue para él un pretexto para hacer resaltar las fuerzas reaccionarias del pasado. Sorel representa también al catolicismo decayente. Después del caso Dreyfus, después que las fuerzas neoclericales fueron desenmascaradas y la provocación conectada con el proceso de Dreyfus fue derrotada, llegaron a Francia las primeras formas de fascismo con la "Action Française" ("Acción francesa") fundada por Maurras. Con esta gente, es decir los fascistas se sentó Sorel en una mesa en 1906 y trabajó junto a ellos. Esto no fue mera coincidencia, porque en sus escritos aparece la glorificación pura de la guerra - ¡sin preguntarse acerca del sentido de la guerra! - ¡La guerra como medio de renovar una sociedad que supuestamente se esta extenuando!. Aparecen elementos que se introdujeron inmediatamente en el tiempo venidero. Las masacres de la primera guerra mundial lo sobrepasaron de tal manera, que este "romántico de la guerra" se distanció. Pero a pesar de ello queda el precedente de que él participó en la preparación de la guerra.

Más tarde él promotor intelectual del fascismo italiano, alabó simultáneamente la revolución leninista pero solamente limitada a Rusia, siempre promoviendo el nacionalismo, siempre separando la revolución en los diferentes países. 

Ahora leemos en Mariátegui:

"El pensamiento racionalista del siglo diecinueve pretendía resolver la religión en la filosofía. Más realista, el pragmatismo ha sabido reconocer al sentimiento religioso el lugar del cual la filosofía ochocentista se imaginaba vanidosamente desalojarlo. Y, como lo anunciaba Sorel, la experiencia histórica de los últimos lustros ha comprobado que los actuales mitos revolucionarios o sociales pueden ocupar la conciencia profunda de los hombres con la misma plenitud que los antiguos mitos religiosos." !!! (Página 167)
Pero el pragmatismo es una forma del fideismo que justamente tiene una gran expansión en el continente americano. El pragmatismo tiene al igual que el marxismo una alta estimación en la práctica, pero la diferencia consiste exactamente en que el pragmatismo desmiente la existencia de una verdad objetiva, de hechos, de relaciones a las cuales se aproxima nuestro pensamiento. En lugar de la compleja realidad, de materia y de relaciones materiales, el pragmatismo pone a Dios o a algo místico. Lenin ha criticado justamente el pragmatismo en su obra fundamental de teoría del conocimiento. La cumbre polémica en los argumentos de Mariátegui se dirigen en contra del materialismo filosófico, contra el marxismo mismo. Y la afirmación de Sorel sobre los mitos en el modo que aquí se expresa, es una tontería. Naturalmente aparecen mitos, porque hay ignorancia en la gente y porque grandes luchas revolucionarias producen también grandes emociones. Pero aquí se ponen al mismo nivel la pasión revolucionaria, que toca a una unidad de sentimiento y raciocinio, con antiguos mitos oscuros. Esto es una tontería y una ofensa a la revolución. 

Comparar estos mitos con los antiguos mitos religiosos, es completamente otra cosa, pertenece a una línea muy diferente. Sorel pertenece a aquellos reaccionarios, que a fines del último siglo y a principios de éste, quisieron construir, como a ciertos ultraderechistas les gustaba, nuevos mitos como componentes indispensables de una visión irracional que ellos veían como necesaria.

También nosotros trabajamos en una cierta crítica fundamental, criticamos cierta abstracción del marxismo, pero por eso estamos lejos de comenzar a poner a un mismo nivel ciertos cultos del movimiento de trabajadores, digamos también, ciertos deslices como el culto a la personalidad, con los mitos antiguos y hacerlos resaltar como componentes necesarios de la sociedad. Es un invento de los ultraderechistas como del ideólogo fascista Alfred Rosenberg, que para el siglo veinte sea construido un "mito" sin el cuál la sociedad no pudiera existir, y que este mito idealista finalmente existe como guía para la sociedad de los fascistas.
 


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No se puede discutir que en el análisis de Mariátegui se encuentran muchos puntos de vista valiosos, que hoy en día aún son interesantes y que su gran comunión con los más importantes teóricos socialistas corroboran, a pesar de su acercamiento hacia la religión. Mariátegui está interesado en aclarar el estancado desarrollo de Latinoamérica:

"El español no tenía las condiciones de colonización del anglosajón. La creación de los EE. UU. se presenta como la obra del pioneer. España después de la epopeya de la conquista no nos mandó casi sino nobles, clérigos y villanos.........

El colonizador, que en vez de establecerse en los campos se estableció en las minas, tenía la psicología del buscador de oro. No era, por consiguiente, un creador de riqueza. Una economía, una sociedad, son la obra de los que colonizan y vivifican la tierra; no de los que precariamente extraen los tesoros de su subsuelo....

(Página 51) (Hecho destacar por mi, K.S.)


Esto es sin duda un principio correcto, que legitima a Mariátegui como un revolucionario que sin embargo no está libre de los prejuicios religiosos. 

Para aclarar la evaluación positiva de los Jesuitas Mariátegui se refiere entonces al estudio de Sorel. 

"Jorge Sorel es uno de los economistas modernos que mejor remarca y define el papel de los monasterios en la economía europea, estudiando a la orden benedictina como el prototipo del monasterio-empresa industrial. "Hallar capitales - apunta Sorel - era en ese tiempo un problema muy difícil de resolver; para los monjes era asaz simple......... la acumulación primitiva resultaba muy facilitada."   (Página 52)
Después de un tiempo se acabó este papel agilizante. 

Mariátegui escribe al respecto:

"Este aspecto de la colonización, como otros muchos de nuestra economía, no ha sido aún estudiado. Me ha correspondido a mí, marxista convicto y confeso, su constatación. Juzgo este estudio, fundamental para la justificación económica de las medidas que, en la futura política agraria, concernirán a los fundos de los conventos y congregaciones, porque establecerá concluyentemente la caducidad práctica de su dominio y de los títulos reales en que reposaba."   (Página 52)
Después de haber tomado en conocimiento estos puntos de vista de Mariátegui sobre Sorel - y porque aquí efectivamente se deben analizar algunas cosas -, ahora tenemos verdaderamente que volver a algunos puntos, que por sobre todo son una componente de la verdadera historia que continúa y que son un resultado de la filosofía fideitista neoreligiosa de la cuál también Sorel es un seguidor, y esta es la preparación del fascismo por intermedio de Sorel. 

Sorel no está solo con su referencia a Bergson e incluso Nietzsche. Justamente a comienzos del siglo muchos ideólogos burgueses trabajaron en función de derrotar por todos los medios la visión científica de la naturaleza y de volver a imponer una entrada del fideismo. Es una tarea central de la ideología revolucionaria y marxista, denunciar estas corrientes de irracionalismo e intencionado desfiguramiento de los conocimientos materialistas de la lucha.

De esta manera se crea un puente directo entre el anarco-sindicalista Georges Sorel y del más tarde fascista Mussolini, quién fue el que preparó directamente el camino, que fue el modelo de Hitler. Todas estas cosas esperan todavía un análisis. ¿Puede entonces Mariátegui citar a Sorel como una autoridad en la cuestión de economía? Esto lo dudamos resueltamente. Consideramos como imprescindible que estas preguntas sean clarificadas. 
En relación con el socialismo latinoamericano hay también cosas que tienen que ser aclaradas. 

Por ejemplo no se puede pasar por alto que Mussolini fue antes un conocido líder socialista representativo de la así llamada ala izquierda en Italia, que después, más tarde sirvió como sostén de todo el fascismo en Europa y que logró el primer estado fascista en el sentido "moderno", que fue un inmediato precursor también del fascismo hitleriano en Alemania. 

Después de todo, aquí se cierra el circulo.

Antes vimos como los Jesuitas aprovecharon las viejas sociedades para utilizarlas con las intenciones más reaccionarias. Estas preguntas básicas históricas que surgen en relación con Mariátegui, son también preguntas que tienen que ser formuladas a la más reciente historia socialista, a cerca del revisionismo soviético y sus actividades en Latinoamérica, y también a los partidos que directamente se refieren a Mariátegui. Hay que exigir una aclaración en este campo. 
El estado de las cosas es inaceptable, en esto se ve que el movimiento internacional necesita un intercambio. 
La fuerza del catolicismo y de la reacción clerical en Latinoamérica no es casual y tampoco la irradiación sobre el socialismo en este continente.
Cuán necesario es que socialistas y marxistas y aquellos que continuarán desarrollando las cosas para el tiempo venidero se sentaran a una mesa a discutir sobre los problemas. De aquello todos podríamos aprender. 

Junio 1997          

   Copyright by Klaus Sender , Berlin, 1997 
 
 

 Hasta ahora publicado en alemán, inglés y español, primeramente publicado en Internet.

Traducción: YB 


neue einheit
Zeitschrift fuer Politik, Oekonomie und Kultur
- Extrablatt Nr.32 -

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